Resena-Critica-Savages-Salvajes

Savages es la “anti-No Country for Old Men”. Esa película habrá ganado el Oscar pero también muchos bostezos al no mostrar intencionalmente las secuencias de acción. Aquí, los que juegan con la droga se queman y el espectáculo es tan morboso como magnético. La historia cuenta el enfrentamiento entre un grupo de jóvenes estadounidenses con un cartel mexicano cuando éste último quiere absorber su exitoso negocio de cultivo y distribución de marihuana.

Uno de los bandos en este sangriento juego de ajedrez está integrado principalmente por Ben (Aaron Johnson), su amigo Chon (Taylor Kitsch) y la amante de ambos, Ophelia (Kate Lively). Al equipo contrario lo lidera la matriarca Elena (Salma Hayek) junto a su perro de presa Lado (Benicio Del Toro) y su administrador Alex (Demian Bichir). El corrupto agente de la DEA (John Travolta) es un jugador imparcial.

La inmediata y poco romantizada escena de sexo nos dice que será un cuento para adultos. Esto no es gratuito, ya que Ophelia tiene que convencernos de que es un objeto de deseo lo suficientemente fuerte para mantener a este trío sólido. También logra seducir al espectador con su voz, evitando que su narración con voz en off no resulta pesada como muchas veces.
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Los primeros minutos establecen convincentemente una relación más allá de lo carnal. El amor entre los tres -vital para el resto de la trama- es más convincente que el de muchas parejas heterosexuales de la pantalla grande. Así de creíble es también la violencia. El paradisíaco paisaje del Sur de California contrasta con las gráficas secuencias de torturas en México.

Ese sadismo está personificado en el papel de Benicio Del Toro, un sociopata desalmado que disfruta jugar con sus presas antes de matarlas. Su presencia amenazante nos recordó al Joker de Ledger. Todos los actores se dan al máximo, pero Del Toro enriquece y eleva a un personaje que muchas veces es un simple bruto. Villanos que amamos odiar merecen reconocimiento, y este en particular merece nominaciones en la próxima temporada de premios.

Si el terror y la carnicería son las armas principales del cartel de Elena, las de Ben y Chon son la informática y la estrategia militar. Las misiones en las que el dúo se embarca -con la asistencia de amigos nerds y ex-infantes de marina- están llenas de tensión y adrenalina. Aunque analizadas en retrospectiva no terminan siendo muy determinantes en el desenlace final.

Las escenas de acción se ven, escuchan y sienten muy reales. Cada disparo y explosión tiene consecuencias devastadoras. El personaje de Kitch es como esos duros del cine que ni se inmutan, así que es el de Aaron Johnson con el cual nos identificamos: Un idealista al que le tiemblan las piernas cuando tiene que “ensuciarse las manos”.

El director de este circo es Oliver Stone, quien se tomó unas vacaciones de su agenda socio-política. Los que busquen claros mensajes en favor o en contra de la inmigración, el tráfico o la legalización de la droga, saldrán decepcionados. El veterano le imprime una llamativa energía juvenil a la cinta, con diferentes efectos de edición, colores saturados y secuencias monocromáticas, y una vibrante banda sonora con artistas de ambos países.

Pese a algunas deficiencias del guión -sobretodo una innecesaria “complicación” al final- estos Salvajes representan un safari imperdible.

-Reseña Crítica de Savages escrita por el adicto -al cine- de Néstor Bentancor.

La película Salvajes está en cartel desde el 6 de Julio (fecha de estreno en Estados Unidos).

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