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George R.R. Martin siempre guioniza un episodio cada temporada. En esta ocasión, el autor de la saga aprovecha su conocimiento para presentarnos un capítulo en que dilata las tramas algo más de lo esperado. En ocasiones, quizá los showrunners deberían diseminar más los acontecimientos decisivos y no concentrar tanto para el final. Pero, obviamente, esto tiene su contrapartida ya que nos esperan momentos muy contundentes para los que estamos preparados pues disponemos de toda la información y conocemos el background de los personajes.

Es muy loable como Martin se adapta a los cambios realizados hasta el momento, en la narración de la serie, y se mueve bien en ellos. Es el caso de la trama en que Melissandre y Gendry viajan juntos y, en su camino, rodean Desembarco del Rey. No sabemos hacia donde apunta esta presunta alianza pero seguro que va a tener una incidencia en la pretendida voluntad de Stannis por alzarse con el Trono. Martin también incorpora a Talisa (en los libros es un personaje completamente diferente llamado Jeyne Westerling) al viaje hacia Los Gemelos para la boda entre Edmure Tully y una de las hijas de Walder Frey. La presencia de la esposa de Robb, y la noticia de su embarazo, aportan un nuevo elemento dramático a una trama que en el libro no existe puesto que el “Rey del Norte” viaja a los dominios de los Frey acompañado solamente por su madre y Edmure. En esta adaptación, incluso el “Pez Negro”, Brynden Tully, se une a la marcha. ¿Cómo afectará todo ello a los acontecimientos futuros? Se han añadido elementos que incluso los más adictos a la saga no pueden prever.

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Lo que acontece con Theon Greyjoy continúa dando un significado nuevo a la noción de tortura. El pobre desgraciado va a descubrir que el dolor que se le inflige va a ir en aumento aun cuando eso no parece posible. El final de su calvario está lejano y, cuando su misterioso captor termine el trabajo, no quedará en él ni un ápice de dignidad. La identidad del torturador sigue siendo un misterio pero lo que podemos desvelar es que Theon no está en el Bastión Kar y tampoco es el hijo de Rickard Karstark el responsable de su infortunio.

Tywin Lannister vuelve a dejarnos un momento cumbre cuando es recibido por su nieto, el pérfido Rey Joffrey, y ante él muestra todo su poder y superioridad. Físicamente le intimida al subir todos los peldaños que conducen al Trono de Hierro y después deshace con rotundidad todas las preocupaciones que empañan el nulo juicio del monarca pubescente. Su imagen bajando las escaleras refleja la majestuosidad del verdadero Rey.

Tyrion continúa aflorando sus preocupaciones ante el futuro enlace con Sansa y la imposibilidad de compartir su vida con Shae, su verdadero amor. Nada es gratuito y todas las conversaciones tendrán su importancia en la resolución final de su destino pero estas son las ocasiones en las que pensamos que los acontecimientos se demoran demasiado.

En cuanto a Jaime, continúa dando muestras de su interesante evolución y hace suya la poderosa influencia de su familia para regresar a Harrenhal y salvar a Brienne de las garras de un oso que es el objeto de diversión del perverso Locke y sus secuaces. Roose Bolton, por su parte, también viaja hacia Los Gemelos para la boda a la que acude Robb Stark. Pero el que fuera leal seguidor de los Stark, responde ya a los dictados de otro y pronto descubriremos en qué se traduce esta conspiración de altos vuelos.

Mientras tanto, en Oriente, Daenerys se ha propuesta sitiar Yunkai y liberar al gran número de esclavos que alberga. Su ideal mesiánico no hace más que crecer y se ha erigido como una líder en la cruzada contra la esclavitud. Cuando el soberano de Yunkai alude a los poderosos aliados que le apoyan, la joven ni pestañea aunque ordena a Jorah Mormont que investigue acerca de esas supuestas alianzas. ¿Le habrá llegado demasiado pronto el liderazgo que se ha impuesto? Pronto sabremos si su escasa madurez será un escollo en el camino que se ha marcado.