Game of Thrones (Juego de Tronos): Reseña Crítica de Walk of Punishment (Ep. 3/Temp. 3) En los límites de oriente se halla la mítica ciudad de Astapor. De ella surgen los Inmaculados, hombres cuya voluntad e individualidad ha sido anulada en favor de un entrenamiento férreo que les convierte en los mejores soldados del mundo conocido. Daenerys Targaryen está en el mejor lugar para reclutar un ejército que le permita marchar sobre Poniente y recuperar el Trono de Hierro. Aunque, para lograr ese objetivo, la joven heredera de una dinastía milenaria, deberá sortear las múltiples dificultades que le planteará el soberano de Astapor, Kraznys. Algo para lo que ya ha sido instruida desde que inició su travesía por Essos. En Astapor, a los esclavos que intentan escapar o que no atienden las necesidades de sus amos, con la sumisión exigida, se les ajusticia en el largo corredor que conduce al palacio principal. Este “Walk of Punishment” al que alude el título es el que, de forma metafórica, afecta también a Catelyn Stark quien, sincerándose ante su tío, Brynden Tully alias “El pez Negro”, no puede evitar pensar que casi todos sus hijos están cautivos o desaparecidos. Y el único que sigue a su lado, su primogénito Robb, la mantiene en un estado de cautividad como castigo por la liberación de Jaime Lannister. Su amargura y tristeza se ve aún más reforzada por el recuerdo de su padre recientemente fallecido, alguien que siempre le prometía “volver” cada vez que afrontaba una campaña militar. Jaime también va a personificar el castigo de una forma particularmente brutal a nivel físico. Cuando su petulancia y prepotencia parecen esconderse tras un acto de súbita honradez, recibe el peor mandoble de su vida. En Poniente, las lealtades pueden ser muy endebles y la guerra ha roto el frágil juego de equilibrios que existía entre los miembros de los Siete Reinos. En este escenario tan convulso, Tywin Lannister parece ser el que mejor mueve sus piezas al concebir una maniobra que puede otorgarle una alianza con la Casa Arryn. Postular a Petyr Baelish, “el Meñique”, para que contraiga matrimonio con la dama viuda del “Nido de Águilas” le permitirá aumentar el número de tropas para hacer frente a Robb Stark y a Stannis Baratheon. Sólo una preocupación nubla sus pensamientos y es descubrir el paradero de su hijo Jaime. Algo que ni la mejor red de espías de Poniente ha podido aún averiguar. El puesto de Baelish como Consejero de la Moneda lo ocupará ahora Tyrion quien no tardará en descubrir que la arriesgada contabilidad que llevaba el “Meñique” puede traer desaventurados presagios para el futuro. Mientras tanto, en las tierras heladas más allá del muro, Mance Rayder y sus seguidores siguen el rastro de los “Cuervos” que sobrevivieron al ataque de los “Espectros”. Promete que la amenaza que está dispuesto a desatar va a poner en jaque a todos los reinos de Poniente. Jon Snow, en su extraña posición de contraespía, debe seguir descubriendo los movimientos de los salvajes y, al mismo tiempo, demostrar que es fiable para ellos. Una posición de extrema dificultad que el bastardo tendrá que sobrellevar. La exhausta y masacrada compañía de la Guardia de la Noche trata de guarecerse en el torreón de Craster, en su camino final hacia el Muro. Samwell Tarly, ingenuo y bobalicón pero dotado de una sensibilidad poco común en dichas tierras, volverá a presenciar algunos de los horrores que la depravación de Craster sigue provocando entre sus múltiples hijas. El Muro implica seguridad para los “Cuervos” supervivientes pero dicen que “la noche es más oscura justo antes de amanecer”. Tener que detenerse en los dominios de Craster hace honor a esta sentencia popular. Este tercer capítulo nos ofrece más y más oscuridad mientras nos prepara para los tiempos decisivos en la trayectoria de los personajes allá donde se encuentran. Los showrunners de la serie, David Benioff y DB Weiss, son también los responsables del guión y dirección de este capítulo. Y en su propuesta tratan de seguir presentándonos un escenario en que los hechos se van precipitando sólo hasta cierto punto. Las intenciones finales se demoran, esperando el momento de aparecer en un futuro cada vez más angustiante. Y eso encandila al público una semana tras otra, porque aumenta su sed de conocer más profundamente ese destino. Entre tanta oscuridad, los guionistas nos dejan un momento sublime que ocurre en Aguasdulces. En el funeral de Lord Hoster Tully, su heredero es incapaz de acertar la flecha de fuego en el bote que transporta los restos mortales de su padre. La intervención del “Pez Negro” termina con esa torpeza acertando en el primer intento y ridiculizando a su sobrino ante toda la corte. Por último, señalar que los títulos de crédito finales incorporan una canción del grupo de indie rock The Hold Steady. “The Bear and the Maiden Fair” es una pieza que aparece frecuentemente en las novelas y ha sido musicada por el compositor de la serie, Ramin Djawadi, para la versión que canta la tropa que retiene a Jaime y Brienne. En los títulos finales, podemos escuchar la propuesta moderna y rockera que ha concebido la banda de Brooklyn.
