Reseña Crítica de The Amazing Spider-Man (El Asombroso/Sorprendente Hombre-Araña): Disfrutable, No Memorable Pese a lo mala que fue Spider-Man 3, no nos excitó en lo absoluto la noticia de este reinicio. Nos parecía demasiado pronto para borrar de nuestras mentes las cintas de Sam Raimi, que junto a X-Men, desataron la nueva ola de películas de super héroes. El director de una pequeña comedia romántica y un actor de 27 años para interpretar a un estudiante de secundaria no eran opciones alentadoras. Pero casi dos años, varias noticias y avances después, estábamos dispuestos a abrazar The Amazing Spider-Man. La historia sigue al joven Peter Parker, quien luego de ser mordido por una particular araña -no radiactiva en este caso-adquiere poderes, intenta vengar el asesinato de un ser querido, conquistar a la chica de sus sueños, y salvar a New York de una verdosa amenaza. ¿Suena familiar? Más allá de las diferencias a lo largo del camino -como una estética más realista- los puntos claves que toca el argumento ya fueron explorados y bien ejecutados por Raimi. Lo más novedoso era el descubrir una prometida ‘historia jamás contada’. En los trailers de El Sorprendente Hombre-Araña, el villano (Rhys Ifans) dice “¿Crees que lo que te sucedió fue un accidente? No tienes idea de lo que eres” y “Si quieres la verdad con respecto a tus padres, Peter, ven a obtenerla”. Estos diálogos no formaron parte del corte final, pero sí los flashbacks y las escenas que crean expectativas al respecto. Este es el más grave, pero no el único elemento que se expone pero que jamás se desarrolla satisfactoriamente. Bien desarrolladas son algunas relaciones. Como la que existe entre Peter y su tío Ben (un excelente Martin Sheen), cálida y por momentos conflictiva, dejando ejercitar los músculos cómicos y dramáticos de ambos actores. También la de tono romántico que se da entre el muchacho y Gwen Stacey, la cual por accidentada se siente honesta. El carisma de Emma Stone, la fortaleza e inteligencia de su personaje son destacables. Andrew Garfield hace un muy buen trabajo, aportando la fragilidad, entereza y chispazos de genialidad que requiere su rol en diferentes momentos. Su Peter Parker es mucho menos “loser” que el de McGuire, ya que por ejemplo le hace frente al abusivo Flash antes de adquirir poderes y no es tan tímido con su interés sentimental. Las novedades de su Spider-Man son más interesantes: Es sumamente rápido, más arácnido en sus movimientos, y su personalidad es avasallante y burlona frente a los enemigos. El villano nos hace recordar al Dr. Octopus, otro científico bienintencionado que se transforma en alguien despiadado cuando juega a ser Dios. Particularmente en una escena en que escucha voces en su cabeza, lo cual también experimentó Norman Osborne en la primera. Sus motivaciones no son muy sólidas y se contradice en varias ocasiones. El toque distintivo que le dieron fue el hecho de que las lagartijas -inexplicablemente infestando el sistema de drenaje- lo siguen como a su amo. Lo positivo es que el Lizard o Lagarto -de aceptable maquillaje digital- se presta para muy buenas escenas de acción cuando pelea con el Hombre-Araña: Bajo el agua, por los techos, en el tope de un edificio, etc. Sus duelos son vertiginosos y excitantes. Pero también humorísticos cuando se trata de la secuencia más graciosa de todas, el mejor cameo de Stan Lee hasta el momento. Cuando llegamos al final, el guión ha reciclado material de la trilogía anterior -los civiles al rescate del enmascarado, es otro ejemplo-, ha dejado cabos sueltos -como el pasado de Peter- y ha tomado grandes atajos -esas clases de creación de antídotos siempre pagan- que no resisten ningún análisis. Nada de esto impide que pasemos un muy buen rato, pero sí que salgamos con numerosos diálogos y situaciones icónicas como “Con grandes poderes vienen grandes responsabilidades” o el beso bajo la lluvia entre Spidey y Mary Jane (Kirsten Dunst). La escena más memorable involucra el intento de rescate de un niño atrapado en un auto que pende de un puente. Un emotivo intercambio que ilustra efectivamente el sacrificio altruista que define a todo héroe. El posterior remate conecta con el tema emocional que se exploró al comienzo, la relación entre padre e hijo. Ojalá que en la próxima logren tejer más momentos como ese. -Reseña crítica de El Asombroso Hombre-Araña escrita -para el Daily Bugle- por Néstor Bentancor. ¡Gracias por compartir a DesdeHollywood.com en Facebook y Twitter!
