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Aunque en buena parte de Europa se estrenó a fines de Octubre, en Estados Unidos recién llegará a las salas el 21 de Diciembre. Tuvimos la suerte de asistir a la función final del Festival de Cine AFI, el cual cerraba con esta película animada. Jamie Bell (Tintin) la introdujo en persona y el director Steven Spielberg hizo lo propio a través de un mensaje grabado proyectado en la pantalla.

Las Aventuras de TINTIN: El Secreto del Unicornio es una fascinante mezcla entre lo viejo y lo nuevo. El director más exitoso y emblemático de los años ochenta, utilizando la última tecnología en captura de movimiento, animación y 3D para adaptar a un personaje de mediados de silgo XX.

Su última película desde el asiento de director había sido la decepcionante -aunque no desastrosa como dicen muchos- ‘Indiana Jones y el Reino de la Calavera’. Ésta era la oportunidad para demostrar que el inventor del género de aventuras moderno podía volver a conjurar la magia del viejo Indy.

El personaje ahora sería otro trotamundos, con el cual muchos europeos compararon al de Harrison Ford cuando se estrenó ‘Los Cazadores del Arca Perdida’. En ese momento fue cuando Spielberg lo descubrió, pero para Peter Jackson -productor de la cinta- fueron sus primeros años de infancia donde se enamoró del personaje de historietas creado por Hergé.

Tintin (Jamie Bell) es un joven periodista que gracias a su tenacidad y a su inefable perrito Snowy ha logrado resolver varios misterios, dentro y fuera de su natal Bélgica. Un día compra un galeón en miniatura que esconde una pista para encontrar un tesoro perdido. El malvado Sakharine (Daniel Craig) está dispuesto a todo por encontrarlo y el héroe pelirrojo tendrá que aliarse al borrachín del Capitán Haddock (Andy Serkis) para llegar primero.
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El comienzo está lleno de misterio y elementos del cine negro: Personajes misteriosos siguiendo al héroe, investigaciones en desoladas bibliotecas y oscuras mansiones a la luz de un linterna, persecuciones en la noche y hasta un asesinato cuando la víctima estaba a punto de compartir información vital.

Pero rápidamente se acelera el ritmo y comienza una sucesión de escenas de acción que no terminarán hasta el final.

Ésta no sería una de Spielberg si la comedia no tuviera su lugar. La tarea queda en gran medida en manos del mencionado Haddock, que nos recuerda al Frank Drebin del genial y desaparecido Leslie Nielsen. A pesar del nivel de realismo que le aportan los gestos y la voz de Serkis, su personaje queda reducido a reiterativos chistes en torno a su adicción al alcohol.

Los gemelos Thompson (Simon Pegg y Nick Frost de ‘Shaun of the Dead’ y ‘Hot Fuzz’) también intentan hacer reír aunque con menor éxito. Sobretodo cuando nos desviamos de la trama principal y entramos en una historia secundaria e innecesaria que involucra a un ladrón de carteras.

Tintin tiene que ser el más enfocado pero su curiosidad y ansias de descubrir la verdad nos contagia y nunca se hace aburrido. Snowy nos conquista de inmediato con proezas posibles solamente para un perrito animado por computadora.

Pese a contar con tres de los más imaginativos guionistas británicos, Edgar Wright (Scott Pilgrim vs. The World), Steven Moffat (Dr. Who, Sherlock) y Joe Cornish (Attack The Block), el desarrollo de personajes y sus diálogos no son más profundos que el de otras producciones animadas de Hollywood.

Lo principal aquí es la aventura y el espectáculo audiovisual. Aunque las facciones humanas mantienen su dosis caricaturesca, el grado de realismo en los detalles la hacen una de las animaciones más impresionantes que hemos visto.

Ni rastros del famoso “ojo muerto” criticado en ‘The Polar Express’ y otras realizadas de Robert Zemekis realizadas con la captura de movimiento. ‘Avatar’ le sirvió a Weta para ponerse a la cabeza de dicha tecnología y se aprecian los resultados.

Spielberg perece haberse sentido liberado ya que la cámara explota al máximo las posibilidades del medio. La misma se mueve constantemente para realizar tomas imposibles para una cámara tradicional.

El 3D le aporta a la experiencia y la excelente música del legendario John Williams termina de envolvernos. Vale la pena verla en el cine ya que el impacto de estos elementos se perderán en un monitor de computadora o una TV.

Nos sentimos en un juego de parque de atracciones. Sobretodo en un par de impresionantes secuencias: Una tendiendo lugar en el medio del océano con dos buques piratas y sus respectivos capitanes luchando con espadas y cañones. La otra, una persecución -en toma continua- por las calles de un supuesto país de África del Norte, llena de destrucción y acrobacias espectaculares.

Volvió la aventura llena del humor físico y las locaciones exóticas de las novelas y películas de los años 20′, 30′ y 40′ que inspiraron a Indiana Jones.

¡Volvió Spielberg!

El puesto de JCVD como el belga más famoso corre peligro a partir del 21 de Diciembre (estreno en USA).

 
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