ResenaCriticaComentarioLooper

Cuando una película es comparada con The Terminator, Inception y Moon, entre otras, se acepta que no se procesará todo en una observación. Las siguientes líneas conforman mi primera impresión del filme, pero el juicio definitivo necesitará múltiples revisiones.

La sinopsis establece que en el año 2077 se inventará la máquina del tiempo y que rápidamente será declarada ilegal. Sus usurpadores son mafiosos que la utilizan para deshacerse de forma eficiente de sus víctimas, enviándolos a 30 años en el pasado. Los encargados de matar y destruir los cuerpos que llegan del futuro se llaman “loopers”. Uno de ellos es Joe (Joseph Gordon Levitt), cuya desenfrenada vida de sexo, drogas y lingotes de plata se ve interrumpida cuando se enfrenta con su versión madura, interpretada por Bruce Willis.
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Como toda buena historia de ciencia ficción contiene una fuerte crítica social. Este “presente” distópico de 2044 encuentra a los ricos y a los desposeídos más separados que nunca: Mientras unos pocos viven embriagados en el vicio y el consumismo, la mayoría está hundido en la extrema pobreza. Estos loopers se asemejan a los jóvenes lobos de Wallstreet, guiados puramente por la codicia y la ganancia a corto plazo, sin importan las futuras consecuencias de sus actos.

Pero el acto máximo de egoísmo de estos ejemplares es contra sí mismos. El Joe del “ahora” (Gordon Levitt) no tiene ningún tipo de consideraciones por el Joe del mañana (Willis), a quien ve como una amenaza a sus inmediatos planes. A su vez, el Joe cincuentón no puede entender la necedad de su yo de antaño. Esta confrontación entre dos representaciones de la misma persona es uno de los aspectos más interesantes.

Es también un claro ejemplo de que el escritor y director Rian Johnson utilizó los viajes en el tiempo como medios para un fín: Explorar personajes normales en situaciones extraordinarias. Ambos Joe dan muestra de bondad, pero también cometen actos abominables, dejando al espectador en la poco usual situación de no saber claramente quién es el héroe y quién el villano de la historia.

La misión de Bruce Willis tiene toques de Terminator, pero sus motivos nos recuerdan a Inception. Este marco emocional le aporta el peso dramático necesario a la historia para que vibremos junto a los personajes, pese a los elementos irreales que los rodean.

Mas allá de estas connotaciones profundas, esto no es una “indie”. Looper también ofrece al mismísimo John McClane haciendo destrozos con armas de fuego y persecuciones llenas de adrenalina. Las escenas de la ciudad tienen la intensidad de un thriller noir, y las desarrolladas en zonas rurales la tensión de un buen western.

Todas las actuaciones son sólidas, destacándose un Jeff Daniels llendo contra los estereotipos de los jefes mafiosos, y un Bruce Willis entregándose 100% en cada escena, algo que no sucedía hace demasiado tiempo. Técnicamente es un deleite para los sentidos, combinando movimientos de cámara novedosos y una banda sonora llena de extraños sonidos electrónicos.

Pese a la falta de lógica en ciertas leyes que establece para los viajes temporales, y a la integración innecesaria de otro elemento “supernatural”, el grado de ambición del proyecto es digno de celebración. Pocas veces podemos disfrutar tanto a nivel visceral como cerebral de una aventura hecha para adultos.

-Reseña crítica de Looper escrita por la peor versión de Néstor Bentancor.

Looper (Asesinos del Futuro) nos deja el cerebro en forma de moebius desde el 28 de Septiembre (fecha de estreno en Estados Unidos).

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