Reseña Crítica de Snow White and The Huntsman (Blanca Nieves y El Cazador): El Lado Oscuro de la Reina Snow White and the Huntsman no es solamente una peculiar adaptación de una historia infantil, sino que un inusual blockbuster veraniego en general: Un alto grado de oscuridad y extensos momentos dramáticos que se apoyan más en los actores que en efectos especiales. La historia sigue los principales sucesos en la popular fábula, pero expande la historia de fondo de la Reina Malvada (Charlize Theron). En realidad, ésta es más su historia que la de Blanca Nieves (Kristen Stewart) o el Cazador (Chris Hemsworth). Sin ahondar tan a fondo como la nueva trilogía de Star Wars lo hizo en los inicios de Darth Vader, la cinta le dedica tiempo a mostrar momentos claves de su pasado. La villana con el nombre más unidimensional, se presenta aquí como un personaje complejo capaz de despertar miedo, desprecio y también empatía. A parte de su obsesión por la juventud y la belleza, su perfil psicológico se amplía con un claro desdén por los hombres -excepto su servil hermano- y rastros de psicosis: En un mundo fantástico como éste donde todos ven a seres imposibles, que solamente ella pueda interactuar con la forma humanoide que sale del espejo, es clara señal de que es un producto de su mente enferma. La mayoría de los actores ven a los villanos como una mal necesario en sus carreras, divertidos de hacer pero demasiado simplones. Theron por el contrario abrazó la oportunidad de encarnar uno tan desarrollado, regalándonos una actuación superior a la mayoría de las súper producciones de gran presupuesto. Sus esfuerzos seguramente serán recompensados con una nominación a los Globos de Oro. Hacerle de contrapeso a una presencia tan magnética no es sencillo. Pese a que Stewart y Hemsworth hacen un buen trabajo, no es hasta la curva final -gracias a un par de excelentes monólogos- cuando realmente conectamos con ellos. Snow White no nos conquista del todo ya que el mundo a su alrededor responde a su “don especial” y no a acciones concretas que demuestren su bondad o estirpe de líder. El Huntsman abandona el rasgo humorístico ‘a la Han Solo’ de su primer escena para limitarse a un tipo recio, marcado por el dolor de perder a su esposa. El tiempo que pasan estos dos en el bosque es excesivo, sobretodo la parte que transcurre en una aldea habitada exclusivamente por mujeres. Lo de William (el Príncipe en el cuento original) es igual de irrelevante. Se hubiese ganado en dinamismo si los enanos aparecieran antes. Su presencia le aporta la chispa necesaria para balancear el desolado panorama medieval y también para interesarnos por la causa de los chicos buenos. Entre los talentosísimos británicos que -gracias al maquillaje digital- le dan vida a este grupo dinámico se encuentran Ian McShane, Bob Hoskins, Nick Frost, Toby Jones y Ray Winstone. La diversidad de sus diseños y personalidades nos entretienen tanto que nos quedamos con ganas de ver un “spinoff”, al estilo ‘Los Enanos contra el Dragón’ (o algo que tal vez suene menos similar a El Hobbit). La breve pero profunda interpretación de Hoskins como un sabio invidente es para aplaudir. El debutante director Rupert Sanders esculpió un universo fantástico que se acerca más en estética y espíritu al de El Laberinto del Fauno que al de Narnia: Del horror protagonizado por las transformaciones de la Reina y las alucinaciones en el Bosque Encantado, al paradisíaco refugio resguardado por los enanos. Los pulidos efectos especiales y la épica banda sonora terminan de vender una visión creativa y ambiciosa. Lo único que le podemos reprochar es la falta de humor que hubiese hecho a esta aventura más divertida. Joss Whedon nos demostró -sobretodo en Serenity- que se pueden producir risas hasta en las situaciones más peligrosas y llenas de tensión. Aunque se acerque más a un nuevo Zack Snyder, igual le damos la bienvenida con los brazos abiertos. – Reseña Crítica de Blanca Nieves y El Cazador escrita por Néstor Bentancor. Gracias por compartir y seguir a DesdeHollywood.com en Facebook y Twitter.